Casas productoras de sabor y fragancia están intrigadas por la posibilidad de utilizar biotecnología para producir componentes clave en las esencias a partir del azúcar como materia prima por medio de la fermentación, reporta Chemical & Engineering News.
Para encontrar la ayuda correcta, contactan cada vez más a empresas de biotecnología que tienen como objetivo la industria del sabor y la fragancia. Estas empresas, entre las cuales se encuentran Allylix, Amyris, Isobionics y Evolva, dicen que sus plataformas microbianas pueden producir cualquier tipo de molécula derivada de plantas.
Allylix e Isobionics están promoviendo sus moléculas valenceno y nootkatone como sus primeros productos. El valenceno se extrae de la cáscara de la naranja de Valencia. El nookatone proviene de la cáscara de las uvas y puede también ser producido del valenceno. Ambos se utilizan en las bebidas con sabor a fruta y en perfumes, y también tienen un alto potencial para su uso en cuidado personal y productos de limpieza.
Productos derivados de la fermentación pueden reemplazar algunas moléculas químicamente sintetizadas. La idea es que este proceso es más amigable con el medio ambiente y produce ingredientes que pueden catalogarse como naturales. Givaudan, por ejemplo, patentó un proceso microbial para generar vanilina. Este agente de sabor que reemplaza a la costosa vainilla, se produce ya sintéticamente a partir del fenol.
Utilizando la producción microbial, una fragancia o sabor muy raro y costoso podría ser hecho en mayores cantidades.
Para reemplazar esencias y sabores naturales, los biotecnólogos pueden analizar los extractos de flores de lavanda, jazmín, o ylang-ylang. O pueden examinar los tallos y hojas de hierbas de olor, como el geranio o el pachulí, así como las semillas y las frutas con olor y sabor atractivo, como el anís, cilantro, vainilla y enebro. Las opciones se expanden con la adición de cáscaras, raíces, maderas, resinas, y bálsamos.
Más información sobre este artículo aquí.
Comentarios