“Sólo los seres humanos pueden ser conscientes de sí mismos.”
Otro mito que cae. Científicos en robótica de la Universidad de Yale han programado a Nico, un robot, para que pueda reconocerse a sí mismo en un espejo.
¿Por qué es importante? Es muy importante debido a que los robots requerirán aprender sobre ellos mismos y saber la manera en que ellos afectan su medio ambiente -especialmente a las personas.
Utilizando el conocimiento que ha adquirido sobre sí mismo, Nico es capaz de utilizar un espejo como un instrumento para razonamiento espacial, permitiéndole determinar con exactitud dónde se localizan los objetos basado en el reflejo, en lugar de creer de forma naive que existen detrás del espejo.
Justin Hart, programador de Nico, es miembro del Social Robotics Lab, y concentra la tesis de su investigación primeramente en “robots autónomos que aprenden sobre su cuerpo y sus sentidos” aunque también explora la interacción humano-robot, “incluyendo presencia social, atribución de intencionalidad y la manera en que las personas perciben los robots.”
Recientemente, el laboratorio (conjuntamente con MIT, Stanford y USC) obtuvieron un apoyo de 10millones de dólares de la Fundación Nacional Para la Ciencia para crear robots “de asistencia social” que puedan servir de acompañantes para niños y personas con requerimientos especiales. Estos robots ayudarán casi en todo, desde habilidades de conocimiento hasta determinar el ejercicio justo requerido.
El objetivo específico de Hart con este programa es hacer que Nico interactúe con su medio ambiente a través del aprendizaje de sí mismo, y usándose como modelo, razonar sobre sus tareas -principalmente las que realiza para humanos.
El clásico ejercicio de los espejos ha sido utilizado con anterioridad con animales para determinar si entienden o no que lo que ven es un reflejo de sí mismos. A los animales se les permite familiarizarse con el espejo y luego son sedados y se les coloca un punto de color en la cara. Cuando despiertan, si notan que hay algo en la cara del reflejo y se tocan ellos mismos su rostro en el punto exacto donde tienen la mancha de color, entonces se considera que “pasaron la prueba del espejo”.
“Hasta donde sabemos, este es el primer sistema robótico que intenta utilizar un espejo de esta manera, lo que representa un paso significativo hacia una arquitectura coherente que permita a los robots conocer sobre su cuerpo y apariencia a través de la auto observación, y una capacidad muy importante requerida para pasar la prueba del espejo”, indicó Hart.
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