S.H., trabajador anónimo en la planta nuclear Dai-ichi de Fukushima, Japón, a escrito docenas de entradas de blog describiendo las bajas y altas de su experiencia como uno de los operadores robot líderes de la dañada instalación.
Las entradas del blog muestran que, aunque los robots deben ser fuertes y confiables, también deben ser ágiles y compactos para maniobrar en espacios pequeños.
S.H. describe también los retos que muchos desarrolladores de robot pueden tomar por seguro, tales como la dificultad de manejar los controles usando 5 pares de guantes, o ver la interfase de usuario desde máscaras gruesas. Lo que significa que los controles y las interfases requieren estar fabricadas para operar de manera mucho más fácil de lo que están ahora.
Otra gran lección para los desarrolladores de robots, basados en la experiencia de los operadores de Fukushima, es que los robots de emergencia no deben ser más independientes. Trabajan mejor en parejas o equipo, en el cual un robot puede trabajar como estación base inalámbrica para permitir al otro adentrase más, o pueden ayudarse mutuamente si uno queda trabado. Y donde la señal de radio no se propaga bien, usar la combinación de robots cableados e inalámbricos es esencial.
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