Un estilo de vida lleno de estímulos mentales y de actividades cognoscitivas puede ayudar a reducir el riesgo de demencia, de acuerdo a un amplio estudio de más de 13,000 individuos de más de 65 años y con seguimiento por un período de 14 años.
Un estilo de vida de aprendizaje activo (CLS) en los hombres se asoció con menos enfermedades cardiovasculares, y en las mujeres se asoció con mayor peso en el cerebro. En ambos casos, tanto mujeres como hombres, un estilo de vida de aprendizaje activo se asoció con mayor densidad neuronal y mayor grosor cortical en el lóbulo frontal.
“En general, nuestra investigación sugiere que los cambios complejos múltiples en el cerebro pueden ser responsables del efecto “úsalo o piérdelo”, indicó Michael J. Valenzuela, experto en estudios del cerebro en el Instituto de Investigación de la Mente, en Sydney, Australia, y quien encabeza este estudio. “Esta investigación nos arroja alguna luz sobre lo que está sucediendo a nivel biológico”.
“Nuestros resultados sugieren que una mayor participación en actividades estimulantes son parte de un estilo de vida que, en conjunto, es más saludable”, comentó el Dr. John Krystal, editor de Biological Psychiatry. “En lugar de sólo proteger la salud de circuitos activados, parece que un estilo de vida más activo tiene efectos generales positivos en la salud cerebral, mismos que se reflejan en una densidad neuronal mayor y preserva el suministro de sangre al cerebro”.
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