Los cuatro tipos de pescado que estamos consumiendo demasiado y qué hacer
Paul Greenberg
Paul Greenberg investiga y escribe sobre peces, acuicultura y el futuro de los océanos. Es autor del bestseller Four Fish y columnista regular de The New York Times. Ha colaborado para la revista National Geographic, GQ, The Times y Vogue.
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Cuando era niño… esta era mi equipo. (Risas)
Era pésimo para los deportes. No me gusta jugarlos, no me gustaba verlos. Así que esto es lo que hacía. Pescaba. Y al crecer pescaba en las costas de Connecticut, y estas son las criaturas que veía regularmente. Pero después de crecer e ir a la universidad, volví a casa a principios de los 90 y esto es lo que encontré. Mi equipo se había reducido. Era como, literalmente, tener una alineación devastada. Y conforme lo veía, desde un punto de vista muy personal como pescador, empecé a buscar un poco, bien, ¿qué pensaba el resto del mundo?
Primero vi las pescaderías. Y al ir a los mercados de pescado, igual donde estuviera, ya sea Carolina del Norte, París o Londres, o donde sea, seguía viendo estos cuatro seres, una y otra vez, en los menús, en el hielo camarón, atún, salmón y bacalao. Y me pareció que era bastante extraño, y al verlo, me preguntaba, ¿qué nadie se dio cuenta de esta reducción del mercado?
Bueno, cuando me fijé, me di cuenta de que la gente no lo ve como su equipo. La gente común ve el pescado así. No es una característica humana inusual reducir el mundo natural a muy pocos elementos. Lo hemos hecho antes, hace 10 000 años, al salir de nuestras cuevas. Si nos fijamos en las hogueras de hace de 10 000 años, verán mapaches, verán, ya saben, lobos, verán todo tipo de criaturas. Pero si vemos hace 2000 años, verán estos cuatro mamíferos: cerdos, vacas, ovejas y cabras. Es igual en el caso de las aves. Al ver en los menús de restaurantes de Nueva York de hace 150- 200 años, verán escolopácidos, becadas, urogallos, docenas de patos y gansos. Pero al ver la cría de animales moderna, verán cuatro: pavos, patos, pollos y gansos.
Es lógico que nos hayamos dirigido en esa dirección. Pero ¿cómo nos hemos dirigido en esta dirección? Bien.. primero es un problema muy, muy nuevo. Es la forma cómo hemos estado pescando en los océanos en los últimos 50 años. Con la Segunda Guerra Mundial declaramos la guerra contra los peces. Toda la tecnología perfeccionada durante la Segunda Guerra Mundial, sonares, polímeros ligeros, todas se redirigieron a los peces. Y este tremendo incremento de la capacidad pesquera, se cuadruplicó con el transcurso del tiempo, desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días. Eso significa que extraemos entre 80 y 90 millones de toneladas métricas del mar cada año. Eso es el equivalente al peso humano de China que se saca del mar cada año.
Y no es casualidad que use a China como ejemplo porque China es ahora el mayor país pesquero del mundo. Bueno, eso es solo la mitad de la historia. La otra mitad de la historia es este increíble auge de la piscicultura y la acuicultura, que ahora, solo en el último año o dos, empezó a superar la cantidad de peces salvajes que extraemos. Así que si se suman los peces salvajes y los cultivados, se obtiene el equivalente a dos Chinas del océano cada año. Y de nuevo, no es una coincidencia que use a China como el ejemplo, porque China, además de ser el mayor pescador también es el mayor acuicultor.
Veamos las cuatro opciones que tenemos en este momento. La primera, y por mucho el marisco más consumido en EE. UU. y gran parte de Occidente, es el camarón. El camarón de la naturaleza, como un producto natural, es un producto terrible. Se matan 10, 20, 30 kilos de peces salvajes regularmente para llevar medio kg. de camarón al mercado. También es muy ineficiente llevarlo al mercado en términos de combustible. En un estudio reciente de la Universidad de Dalhousie, se encontró que la pesca del camarón es una de las formas más intensivas de emisión de carbono.
Así que se pueden cultivar, y la gente los cultiva, y cultivan mucho en esta misma zona. El problema es el lugar donde están las granjas del camarón son estos hábitats silvestres: los bosques de manglar. Vean esas raíces encantadoras bajando. Las mantienen en el suelo, protegen las costas, crean hábitats para todo tipo de peces y camarones jóvenes, y son importantes para este entorno. Bueno, esto es lo que ocurre con muchos de los manglares costeros. Hemos perdido millones de acres de manglares costeros en los últimos 30 o 40 años. Esta tasa de destrucción se ha ralentizado, pero todavía tenemos un déficit importante de manglares.
Lo otro que está pasando aquí es un fenómeno que el cineasta Marcos Benjamin llama “Moliendo a Nemo”. Este fenómeno es muy, muy relevante para todo lo que se ve en un arrecife tropical. Porque lo que está pasando en este momento, es que tenemos camaroneros arrastrando con el camarón, una gran cantidad de captura incidental, que su vez, se muele y se convierte en alimento del camarón. Y a veces, muchas de estas embarcaciones, tripuladas por esclavos, capturan los llamados “peces basura” peces que nos encantaría ver en un arrecife, y los muelen y los convierten en alimento para camarones, un ecosistema que literalmente se come a sí mismo y escupe camarón.
El segundo pescado más consumido en EE. UU. y también en todo Occidente, es el atún. Así que el atún es el pez mundial definitivo. Estas áreas de gestión enormes se deben vigilar a fin de que el atún esté bien administrado. Nuestra propia área de gestión, llamado la Organización Regional de Ordenación Pesquera, se llama la CICAA, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico. El gran naturalista Carl Safina la llamó una vez, “La conspiración internacional para pescar todos los atunes.” Por supuesto hemos visto mejoras increíbles en la CICAA en los últimos años, hay mucho espacio para la mejora, pero queda por decir que el atún es un pescado mundial, y para su gestión, tenemos que manejar el mundo.
Bueno, también podríamos tratar de criar atún pero el atún es muy malo para la acuicultura. Muchas personas no saben esto, pero el atún es de sangre caliente. Pueden calentar sus cuerpos 20° por encima de la temperatura ambiente, pueden nadar a más de 60 km/hr. Así que eso prácticamente elimina todas las ventajas de la agricultura de peces Un pescado de piscifactoría es o un pez es de sangre fría, o uno que no se mueve mucho. Eso es bueno para el cultivo de proteínas. Pero si hay una criatura salvaje y loca que nada a 60 km/hr. con sangre caliente, no es un buen candidato para la acuicultura.
La siguiente criatura, más consumida en EE. UU. y en todo el Occidente es el salmón. También saqueamos el salmón, pero en realidad no necesariamente por la pesca. Este es mi estado natal de Connecticut. Connecticut solía ser el hogar de una gran cantidad de salmón salvaje. Pero si vemos este mapa de Connecticut, cada punto en este mapa es una presa. Hay más de 3000 presas en el estado de Connecticut. Creo que esta es la razón por la que la gente en Connecticut es muy tensa, (Risas)
Si alguien simplemente desbloqueara el chi de Connecticut, creo que podríamos tener un mundo infinitamente mejor. Hice este comentario particular, en una convención de oficiales de parques nacionales, y un tipo de Carolina del Norte se me acercó y me dijo, “Sabes, no deberías ser tan duro con Connecticut, porque nosotros aquí en Carolina del Norte, tenemos 35 000 represas”. Es una epidemia nacional e internacional. Hay presas en todas partes, y precisamente evitan que el salmón salvaje llegue a sus lugares de desove.
Así que, como resultado, hemos usado la acuicultura y el salmón es uno de los más exitosos, al menos en los números. Cuando empezó el cultivo del salmón, podía tomar hasta 3 kg. de peces silvestres para hacer solo medio kg. de salmón. La industria ha mejorado mucho. Han llegado por debajo de dos a uno, aunque es un poco engañoso porque si nos fijamos en la manera en que se produce la acuicultura, se está midiendo en gránulos, kilos de gránulos por kilo de salmón. Estos gránulos son a su vez pescado. Así que en realidad, el pescado que entra y el que sale, es algo difícil de calcular. Pero en cualquier caso, hay que darle crédito a la industria, se ha reducido la cantidad de pescado por kg. de salmón.
El problema es que aumentamos la cantidad de salmones que estamos produciendo. La acuicultura es el sistema alimentario de más rápido crecimiento en el mundo. Crece algo así como 7 % por año. Y así, a pesar de que requerimos menos por pez para ponerlos en el mercado, aún estamos matando a una gran cantidad de peces pequeños.
Y no solo estamos alimentando a los peces con peces, también estamos alimentando pollos y cerdos con peces. Así que tenemos pollos que comen pescado, pero extrañamente, también tenemos peces que comen pollo. Los productos derivados de los pollos como las plumas, sangre, huesos se muelen y alimenta a los peces. Así que me pregunto a menudo, ¿es un pez que se comió un pollo que se comió un pez? Es como una reelaboración del huevo y la gallina. Como sea. (Risas)
En conjunto, sin embargo, resulta un problema terrible. Estamos hablando es algo de entre 20 y 30 millones de toneladas métricas de criaturas salvajes que se extraen del océano que se usan y se muelen. Es el equivalente a un tercio de una China, o todo un EE. UU. de seres humanos que se sacan del mar todos los años.
El último de los cuatro es una especie de cosa amorfa. Es lo que la industria llama “pescado blanco”. Hay muchos peces que entran en esta cosa de pescado blanco pero la manera contar la historia, creo, es a través de esa pieza clásica de la innovación culinaria yanqui, el sándwich Filet-O-Fish. El sándwich Filet-O-Fish en realidad comenzó con la platija. Y empezó porque un dueño de franquicia local vio que cuando servía hamburgesas el viernes, nadie venía. Ya que era una comunidad católica, necesitaban pescado. Así que fue con Ray Kroc y le dijo: “Yo voy a hacer un sándwich de pescado, va a ser de platija”. Ray Kroc dijo: “No creo que vaya a funcionar. Quiero hacer un Hula Burger, y que va a ser una rodaja de piña en un bollo. Pero vamos a hacer esto, vamos a hacer una apuesta. a ver qué sándwich vende más, será el sándwich ganador”. Bueno, es un poco triste para el océano que la hamburguesa Hula no ganara. Así que hizo su sandwich de platija. Lamentablemente, sin embargo, el sándwich costaba 30 centavos de dólar. Ray quería el sandwich en 25 centavos, por lo que recurrió al bacalao del Atlántico. Todos sabemos lo que pasó con el bacalao del Atlántico, en Nueva Inglaterra.
Así que ahora el sándwich Filet-O-Fish se hace de abadejo de Alaska, es la pesca más grande de peces de aleta en EE. UU. con entre 1 a 1.5 millones de kg. de peces cada año. Si dejamos el abadejo, la siguiente opción es, probablemente, la tilapia. La tilapia es uno de esos peces del que nadie oía hablar hace 20 años. Es un convertidor muy eficiente de la proteína vegetal en proteína animal, y ha sido una bendición para el tercer mundo. En realidad es una solución tremendamente sostenible, crece del huevo a un adulto en nueve meses. El problema es que en el Oeste, no hace lo que Occidente quiere que haga. No tiene lo que se llama un perfil de pescado graso. No tiene omega-3 EPA y DHA que pensamos nos va a hacer vivir para siempre.
¿Así que qué hacemos? Primero ¿qué pasa con este pobre pez, los clupeidos? Los peces que son una gran parte de esas 20 a 30 millones de toneladas métricas. Bueno, una posibilidad de que muchos conservacionistas han planteado es si podríamos comerlos. ¿Podemos comerlos directamente en lugar de alimentar a los salmones? Hay argumentos a favor. Son muy eficientes con el combustible para llevarlos al mercado, una fracción del costo de los camarones, y están en la parte superior de la escala de eficiencia de carbono. También son ricos en omega-3, una gran fuente de EPA y DHA. Así que hay potencial. Y si nos vamos a ir por ese camino lo que digo es, en lugar de pagar unos cuantos dólares por kg o por tonelada y hacerlos alimentos acuícolas, ¿podemos reducir a la mitad la captura y el doblar el precio para los pescadores y así tratar a estos peces en particular?
Otra posibilidad mucho más interesante, se enfoca en los bivalvos, en particular los mejillones. Los mejillones son muy altos en EPA y DHA, similares a las conservas de atún. También son extremadamente eficientes en combustible. Para llevar medio kg. de mejillones al mercado se requiere una trigésima parte del carbono de la carne vacuna. No requieren peces forrajeros, obtienen sus omega-3 mediante la filtración del agua de las microalgas. De hecho, de ahí es de donde los omega-3 vienen, no provienen de los peces. Las microalgas hacen los omega-3, solo están bioconcentrados en los peces.
Los mejillones y otros bivalvos filtran enormes cantidades de agua. Un solo mejillón puede filtrar decenas de galones diariamente. Y esto es muy importante cuando vemos el mundo. La nitrificación, el uso excesivo de fosfatos en nuestras vías fluviales están causando enormes floraciones de algas. Más de 400 nuevas zonas muertas se han creado en los últimos 20 años, enormes fuentes de muerte de vida marina. También podríamos no considerar ningún pez en absoluto. Podríamos ver los vegetales. Podríamos ver las algas, las laminarias, todas las diferentes variedades que pueden ser altos en omega-3, pueden ser altas en proteínas, algo tremendamente bueno. Filtran el agua como lo hacen los mejillones. Y extrañamente, resulta que se puede alimentar a las vacas con él. Ahora, no soy un gran fan de ganado. Pero si quieren mantener el ganado en crecimiento en donde los recursos hídricos son limitados, al crecer algas en el agua, no hay que regarla, una consideración mayor.
Y el último pez es un signo de interrogación. Tenemos la capacidad de crear peces de acuicultura que crean una ganancia neta de proteína marina para nosotros. Esta criatura tendría que ser vegetariana, tendría que ser de crecimiento rápido, tendría que adaptarse a un clima cambiante y tendría que tener ese perfil de pescado graso, esa EPA, DHA, los ácidos grasos omega-3 que estamos buscando.
Esto existe en el papel. He estado informando sobre estos temas durante 15 años. Cada vez que cuento la historia, alguien me dice, “Podemos hacer todo eso. Podemos hacerlo. Sabemos cómo hacerlo. Podemos producir un pez con una ganancia neta de proteína marina y omega-3”. Excelente. Pero no parece que se haga a mayor escala. Es hora de escalar esto. Si lo hacemos, 30 millones de toneladas, un tercio de las capturas mundiales, permanecerán en el agua.
Así que lo que digo es que lo hagamos. Tendemos a seguir nuestros apetitos en lugar de nuestras mentes. Pero si hacemos esto o alguna alternativa de la misma, podríamos tener un poco más de esto. Gracias. (Aplausos)
Traducido por: Armando Maximo Hernandez Sanchez
Revisado por: Lidia Cámara de la Fuente
Tomado íntegro de Ted, Ideas que vale la pena difundir.
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