Lo que llamamos realidad podría ser no más que un programa ejecutándose en una computadora cuántica del tamaño del cosmos.
Cualquiera sea la idea que tengas de la realidad, probablemente estás equivocado. El universo es una computadora y cualquier cosa que esté dentro puede ser explicado en términos de procesamiento de información, especula New Scientist en su número especial ¿Qué es la realidad?
“La física cuántica está elaborada en términos de procesamiento de información”, indica Vlatko Vedral, de la Universidad de Oxford. “Es sugerente que encuentres procesamiento de información en la raíz de todo”.
En realidad, cada uno de los procesos en el universo puede reducirse a la interacción entre partículas que generan dos tipos de respuestas: sí o no, aquí o allí, arriba o abajo. Eso significa que la naturaleza, en su nivel más fundamental, es simplemente la elección de dígitos binarios o bits, como en una computadora. El resultado de incontables elecciones se manifiesta en lo que percibimos como un constante arreglo, re-arreglo y cambio entre los átomos -en otras palabras, la realidad.
De acuerdo con Ed Fredkin, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), si pudiéramos llegar al final de este proceso encontraríamos que el universo sigue sólo una ley simple, una ley de procesamiento de información única, que es todo lo requerido para construir un cosmos. Desde el punto de vista de Fredkin, sería algo similar al procedimiento “Si… entonces”, el tipo de ley utilizado en computación tradicional para manipular los bits dentro de un chip y que opera compuertas lógicas, únicamente que esta vez está aplicado a los bits del universo.
Probar que el universo es una computadora cuántica es algo muy difícil. Sin embargo, existe una observación que apoya la idea de un universo compuesto fundamentalmente de información. En el 2008, el detector de ondas gravitacionales GEO600 en Hannover, Alemania, recibió una señal anómala que sugiere que el espacio-tiempo está pixelado. Eso es exactamente lo que esperaríamos en un universo “holográfico”, en donde la realidad 3D es en realidad una proyección de información codificada en una superficie de dos dimensiones en las fronteras del universo.
La extraña idea surgió a partir de una discusión sobre agujeros negros. Uno de los principios fundamentales en física es que la información no puede destruirse, sin embargo, los agujeros negros parecen violar este principio al “devorar” todo. El destino de esa información “devorada” fue el tema de debates intensos entre Stephen Hawking y algunos de sus colegas. Al final, Hawking perdió el debate, concediendo que la información está impresa en el horizonte de eventos que define la frontera del agujero negro y escapa al tiempo que el agujero se evapora.
Esta idea condujo a Leonard Susskind y Gerard’t Hooft a proponer que el universo completo podría también contener información en su frontera -con la consecuencia de que nuestra realidad podría ser una proyección de información en el espacio dentro de esa frontera.
Encuentras el número especial aquí.
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