Impresora 3D fabrica el hígado humano más pequeño que se conozca
Hígados “crecidos” en laboratorio están un paso más cerca de ser realidad gracias a una impresora 3D cargada con células.
Creada por Organovo en San Diego, California, futuras versiones de este sistema podrían producir porciones de hígado para trasplante.
Los mini-hígados que Organovo hace tienen sólo medio milímetro de profundidad y 4 milímetros de ancho pero pueden ejecutar la mayoría de funciones del hígado real.
Para crearlos, una impresora crea cerca de 20 capas de hepatocitos y células estrelladas –dos tipos principales de células del hígado. Crucialmente, la impresora añade también células del revestimiento de vasos sanguíneos. Estos forman una delicada malla de canales que suministra oxígeno y nutrientes a las células de hígado, permitiendo al tejido vivir por cinco días o más. Las células provienen de tejido sobrante removido en operaciones y biopsias.
La estructura realista y funcional de los mini-hígados los hace buenos para la medición de toxicidad de drogas y otras substancias.
El objetivo principal de Organovo es el crear estructuras de tamaño humano para trasplantes; el gran reto es imprimir redes más grandes de canales de vasos sanguíneos para alimentar el órgano.
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3D Bioprinting. La tecnología usada para imprimir documentos también está siendo utilizada para crear tejido vivo, en un futuro no muy lejano para “imprimir” órganos enteros como un corazón, un hígado, un riñón, y algún día… un cuerpo entero. La técnica es exactamente igual a la que usa una impresora de chorro de tinta normal, que cuando imprime un documento la tinta se distribuye por el papel siguiendo un patrón específico. En la Universidad de Clemson, han sustituido (años hace ya) la tinta de las impresoras por una “tinta de células” vivas. Los cartuchos de tinta han sido rellenados con una solución de células y el software ha sido reprogramado. El “papel” es un gel biodegradable, diseñado en la Universidad de Washington, que se solidifica al alcanzar los 32 ºC de temperatura. Todavía le falta ¿mucho? para ser una realidad de grandes prestaciones. El principal problema es que aún no es capaz de crear un órgano por el que circule la sangre. Pero si puede imprimir un tejido del grosor de un riñón en sólo 2 horas, incluidos los vasos sanguíneos. El siguiente paso es imprimir las partes más minúsculas de un órgano, justamente aquellas que lo hacen funcionar. Si se consigue esto, estaríamos muy cerca de la Eternidad para el ser humano. La NASA y otras empresas están interesadas en estas investigaciones.