Creando una touchscreen flexible y de bajo costo
Las pantallas de tacto (touchscreen) del futuro serán flexibles, baratas y proporcionarán un control más fino.
El secreto: reemplazar el material utilizado actualmente, óxido de indio y estaño (ITO) –que es caro, raro y aún peor, frágil– por uno barato, fabricado con nanocables flexibles de metal que puede incluso ser rociado.
Desafortunadamente, no ha habido una manera simple para diseñar pantallas de tacto utilizando nanocables que proporcionen una combinación óptica de baja resistencia, superficie lisa y transparencia.
Hasta ahora ha sido un asunto de prueba y error, lo que resulta excesivamente lento y desgastante.
Ahora, investigadores de la Universidad de Pensilvania y Universidad de Duke han desarrollado una manera inteligente de abordarlo: simulaciones de computación con varias combinaciones en longitud y diámetro de nanocable, la cantidad de nanocables, el área que cubren y la resistencia de contacto (en las conexiones de cables) para llegar a zona de la puerta dorada: la combinación óptima de propiedades eléctricas y transparencia.
No ha sido proporcionada ninguna información sobre comercialización relacionada con esta investigación, pero la investigación futura se concentrará en la orientación del nanocable, métodos continuos varios de deposición, variación en longitud y diámetro del nanocable y distintas técnicas de procesamiento.
Cómo funciona una pantalla de tacto resistiva
El óxido de indio y estaño se deposita en dos capas delgadas en cada uno de los lados de la película separadora. Cuando tú tocas la pantalla (con el dedo o un objeto), cambias la resistencia eléctrica entre las dos capas ITO por lo que tu teléfono o pantalla puede registrar el lugar exacto donde estás tocando.
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