Ciudades líderes en ciencia y América latina
Julio C. Palencia
En un estudio aparecido en abril del presente año en Nature Scientific Reports, se dan a conocer las ciudades líderes en generación y consumo de conocimiento en el campo de la física.
El estudio se realiza tomando en cuenta los patrones de citas realizadas en la base de datos de la American Physical Society (APS) durante los últimos 50 años –1960 a 2009–, en más de 450,000 artículos publicados. De acuerdo a este patrón de citas, el estudio determina si una ciudad es productora o consumidora de conocimiento. Una ciudad productora de conocimiento recibirá muchas citas y una ciudad consumidora hará muchas citas sobre estudios realizados por otras ciudades. Se consideraron 2,037 ciudades en esta red de trabajo académico geográfico en el campo de la física.
A partir de este estudio, se ven patrones interesantes y se observa un cambio pronunciado en la distribución geográfica de producción de conocimiento en los últimos 20 años. Dentro de los Estados Unidos, el predominio de la costa este y oeste a inicios de los 90 se ha visto equilibrado con una producción significativa en los estados del sur y del medio oeste. En Europa, el predominio de Inglaterra y el norte de Europa se ha visto equilibrado con un aumento de la actividad de Francia, Italia y varias regiones de España. El alto crecimiento económico de China y su avance en investigación científica y tecnológica ha convertido varias centros urbanos de ese país en los más fervientes consumidores de conocimiento. Es probable que en una o dos décadas más ese alto consumo de conocimiento se convierta a la vez en un importante productor del mismo.
A nivel global, Estados Unidos ha visto decrecer su proporción de conocimiento generado en física. En la década de los 60 su porcentaje se ubicaba en un 85.59%, en tanto que en la última década fue sólo 36.67%. Sin embargo, este porcentaje inferior no refleja el hecho que más ciudades estadounidenses se han incorporado a la lista de productores de conocimiento y el conocimiento generado es de los que más citas atraen.
El total de ciudades europeas y asiáticas se ha incrementado en un 50% en los últimos 20 años en la lista de las 100 ciudades más importantes en la generación de conocimiento.
El reporte señala también que Asia pasó del 4.0% en 1990 al 11.0% en el 2009; Europa del 24.0% al 33.0% y Norte América del 72.0% al 56.0%.
Fuera de los Estados Unidos, otras ciudades ubicadas en la lista de las primeros 20 productores de conocimiento en el 2009 son: Tokio, Japón; París y Orsay, Francia; Londres y Oxford, Inglaterra, y Roma, Italia.
Como puede observarse en el mapa de la distribución geoespacial de ciudades productoras y consumidoras de conocimiento científico, América Latina se encuentra ausente en la producción y casi ausente en el consumo de conocimiento relacionado con la física.
Ni una sola ciudad de América latina se encuentra en los primeros 100 lugares como productor de conocimiento en la lista publicada. Del mapa que representa el 2009, concluimos que Brasil, México, Argentina y Chile son los consumidores principales (de manera muy limitada) de conocimiento en América latina, y sólo Costa Rica aparece con un ligero color rojo, señalado como productor de conocimiento en física. En comparación con Estados Unidos, Europa y aún Asia, estamos prácticamente ausentes de este mapa. Nos encontramos en la misma situación que África.
Somos sociedades basadas en conocimiento. La ciencia y la tecnología se han convertido en el más importante motor de desarrollo económico generador de riqueza social. Si nuestra participación se encuentra de tal manera limitada, eso nos señala un gran problema. No generamos conocimiento y nuestra situación económica es de tal manera difícil que no logramos interesar a nuestros estudiantes y jóvenes graduados en el consumo de este conocimiento. Una etapa de alto consumo de conocimiento científico, como es el caso de China, es el preludio obligado a convertirse en centro urbano generador de conocimiento. Y ese consumo elevado de conocimiento va acompañado de un importante desarrollo social y económico, es su resultado visible.
En resumen, en un mundo entrelazado y globalizado, este estudio nos indica que la brecha entre países ricos y pobres no disminuye sino sucede lo contrario, aumenta. Si nuestra dependencia del conocimiento es cada vez mayor, los países que posean esta ciencia y esta tecnología serán los que nos dicten el camino a seguir en las próximas décadas y los que obtengan la mayor tajada de pastel.
Encuentras el estudio de Nature Scientific Reports aquí.
Somos sociedades basadas en conocimiento. La ciencia y la tecnología se han convertido en el más importante motor de desarrollo económico generador de riqueza social. Si nuestra participación se encuentra de tal manera limitada, eso nos señala un gran problema. No generamos conocimiento y nuestra situación económica es de tal manera difícil que no logramos interesar a nuestros estudiantes y jóvenes graduados en el consumo de este conocimiento.
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