Biohackers: tú también puedes hacerlo
Tenemos computadores personales, ¿por qué no tenemos biotecnología personal? Esta es la pregunta que la bióloga Ellen Jorgensen y sus colegas se hicieron antes de abrir Genspace, un laboratorio DIYbio sin fines de lucro en Brooklyn especializado en ciencia hecha por ciudadanos, donde los principiantes acuden y juegan con biotecnología. Lejos de ser un laboratorio de Frankensteins (cómo muchos se imaginaban), Genspace ofrece una larga lista de usos creativos y prácticos de DIYbio.
Ellen Jorgensen se encuentra en la punta de lanza del movimiento Hazlo Tú Mismo de la biotecnología, el cual trae la exploración científica y su comprensión a las masas. El sitio de Genspace lo encuentras aquí. http://www.genspace.org/
Es una maravillosa época para ser una bióloga molecular. (Risas) Leer y escribir código de ADN se está haciendo más fácil y más barato. Al final de este año, seremos capaces de secuenciar los tres millones de bits de información de su genoma en menos de un día y por menos de 1000 euros. La biotecnología es probablemente la más poderosa y la de mayor crecimiento en el sector de la tecnología. Tiene el poder, potencialmente, de reemplazar nuestros combustibles fósiles, de revolucionar la medicina, y de alcanzar cada aspecto de nuestras vidas diarias.
Entonces, ¿quién logra hacerlo? Yo creo que todos nos sentiríamos muy cómodos si este tipo lo hace. Pero, ¿qué tal este otro? (Risas)
En 2009 escuché por primera vez sobre DIYbio. Es un movimiento que defiende hacer la biotecnología accesible para todos, no únicamente para científicos y gente en los laboratorios del gobierno. La idea es que si se comparte la ciencia y se les permite participar a diversos grupos esto podría estimular la innovación. Poner la tecnología en las manos de los usuarios finales es en general una buena idea, porque ellos tienen la mejor idea de lo que son sus necesidades. Y aquí tenemos esta tecnología muy sofisticada encaminándose, todas estas preguntas asociadas sociales, morales y éticas y nosotros los científicos no servimos para tratar de explicar al público qué es exactamente lo que estamos haciendo en esos laboratorios. Entonces, ¿no sería maravilloso si hubiera un sitio en tu barrio dónde pudieras ir a aprender sobre estas cosas, mediante la experiencia? Yo pensaba que sí.
Entonces, hace tres años, me reuní con algunos amigos que tenían aspiraciones similares y fundamos Genspace. Es un laboratorio comunitario de biotecnología sin fines de lucro en Brooklyn, Nueva York, y la idea era que las personas vinieran, pudieran recibir clases y jugar en el laboratorio en una atmósfera abierta y amigable.
Ninguna de mis experiencias previas me había preparado para lo que sucedió a continuación ¿pueden adivinar? La prensa comenzó a llamarnos. Y a medida que más hablamos sobre lo genial que era mejorar la cultura científica, más querían hablar de nosotros creaando el nuevo Frankenstein, y como resultado, en los siguientes seis meses, si buscabas mi nombre en Google, en vez de obtener mis artículos científicos, aparecía esto: [“¿Soy un riesgo biológico?”] (Risas) Era bastante deprimente. La única cosa que nos sacó de ese periodo era que sabíamos que alrededor del mundo, habían otras personas que estaban intentando hacer lo mismo que nosotros. Estaban abriendo espacios de hacker biológicos, y algunos de ellos estaban enfrentando retos mayores a los nuestros, más leyes, menos recursos. Pero ahora, tres años después, aquí es donde estamos. Es una comunidad global vibrante, de espacios de hackers, y esto es sólo el principio. Estos son algunos de los más grandes, y hay otros que abren cada día. Hay uno que probablemente abra en Moscú, uno en Corea del Sur, y lo genial es que cada uno tiene su propio sabor individual, que se originó de la comunidad de dónde nacieron.
Déjenme llevarlos por un pequeña gira. Los biohackers trabajan solos. Trabajamos en grupos, en ciudades grandes (Risas) y en pequeños pueblos. Hacemos ingeniería inversa de los equipos de laboratorio. Hacemos ingeniería genética sobre bacterias. Hackeamos hardware, software, wetware, y, por supuesto, el código de la vida. Nos gusta construir cosas. Y después nos gusta desarmar cosas. Hacemos que las cosas crezcan. Hacemos que las cosas brillen. Y hacemos que las células bailen.
El espíritu de estos laboratorios es abierto, es positivo, pero saben, a veces cuando la gente piensa en nosotros, lo primero que les llega a la mente es la bio-seguridad, y todas las cosas del lado oscuro. No voy a minimizar esas preocupaciones. Cualquier tecnología poderosa es inherente a un uso dual, y saben, obtienen algo como biología sintética, nanobiotecnología, esto realmente te obliga a tener en cuenta a los grupos de principiantes pero también al de los profesionales, porque ellos tienen mejor infraestructura, mejores instalaciones, y tienen acceso a patógenos.
Justo eso hizo las Naciones Unidas recientemente revelaron un informe de toda esta área, y lo que concluyeron fue que el poder de esta tecnología para algo positivo es mucho mayor que el riesgo de algo negativo, y además miraron específicamente a la comunidad DIYbio, y notaron, sin sorpresa, que la prensa tiene una tendencia a sobrestimar nuestras capacidades y menospreciar nuestra ética. De hecho, la gente de DIY de todo el mundo, America, Europa, se reunieron el año pasado, y redactamos un código común de ética. Eso es mucho más de lo que la ciencia convencional ha hecho.
Bien, seguimos las leyes estatales y locales. Desechamos nuestra basura de forma adecuada, seguimos procedimientos de seguridad, no trabajamos con patógenos. Saben, si uno trabaja con un patógeno, no es parte de una comunidad de biohackers, es parte de una comunidad de bioterroristas, lo siento. Algunas veces las personas me preguntan, “¿Y si ocurre un accidente?” Pues, trabajando con los organismos seguros con los que normalmente trabajamos, las posibilidades de que un accidente ocurra y que alguien accidentalmente cree algo como una especie de superbicho, es casi tan probable como que ocurra una tormenta de nieve en medio del desierto del Sahara. Ahora, podría suceder, pero no voy a planear mi vida alrededor de esto.
He decidido escoger otro tipo de riesgo. Me inscribí en algo llamado el Proyecto del Genoma Personal. Es un estudio de Harvard en el cual, al final del estudio, van a tomar toda mi secuencia genómica y toda mi información médica, mi identidad, y la van a subir en línea para que todos la vean. Había muchos riesgos en juego que se discutieron durante el consentimiento informado. El que más me gustó fue que alguien podría descargar mi secuencia, ir al laboratorio, sintetizar algún ADN falso de Ellen, y ubicarlo en una escena del crimen. (Risas) Pero como para DIYbio, los resultados positivos y el potencial para el bien de un estudio como estos, sobrepasa ampliamente el riesgo.
Podrían estar preguntándose, “Bueno, ¿qué haría yo en un laboratorio de biología?” Pues no hace mucho tiempo nos preguntábamos, “¿Qué haría alguien con un ordenador personal?” Así que esto es sólo el principio. Sólo estamos viendo la punta del iceberg del ADN. Déjenme mostrarles lo que podrían hacer ahora mismo. Un biohacker en Alemania, un periodista, quería saber ¿qué perro estaba dejando regalitos en su calle? (Risas) (Aplausos) Sip, adivinaron. Lanzó una bola de tennis a todos los perros del barrio, analizó la saliva, identificó a perro y confrontó a su dueño. (Risas) (Aplausos) Yo descubrí en mi propio patio una especie invasiva. Parece una mariquita, ¿verdad? En realidad es un escarabajo Japonés. Y el mismo tipo de tecnología, se llama código de barras de ADN, es genial. Lo puedes usar para verificar si tu caviar es realmente beluga, si ese sushi es realmente atún, o si ese queso de cabra por el que pagaste mucho, es realmente de cabra. En el espacio de un biohacker, puedes analizar tu genoma buscando mutaciones. Puedes analizar tu cereal del desayuno buscando OGM, y puedes explorar tu árbol genealógico. Puedes enviar globos meteorológicos a la estratósfera, recolectar microbios, mirar qué hay allá arriba. Puedes hacer un censor biológico a partir de la levadura para detectar contaminantes en el agua. Puedes hacer algún tipo de celdas de biocombustible. Puedes hacer muchas cosas. También puedes hacer proyectos de arte y ciencia. Algunos de estos son realmente espectaculares y analizan problemas sociales, ecológicos desde una perspectiva completamente diferente. Es realmente genial.
Algunos me preguntan, bueno, ¿por qué estás metida en esto? Podrías tener una carrera muy buena en la ciencia convencional. La cosa es, hay algo en estos laboratorios que le ofrecen a la sociedad, que no puedes encontrar en ninguna otra parte. Hay algo sagrado en el espacio donde se trabaja en un proyecto y no es necesario justificarle a nadie si va a producir mucho dinero, si va a salvar a la humanidad, o si simplemente va a ser posible. Solamente debe seguir las normas de seguridad. Si realmente hubiera espacios así alrededor del mundo, en realidad se podría cambiar la percepción de a quién se le está permitido hacer biotecnología. En espacios como estos, se crearon los ordenadores personales. ¿Porqué no la biotecnología personal? Si todos en este recinto se involucraran, ¿quién sabe lo que podríamos hacer? Esto es una nueva área y cómo decimos en Brooklyn, no han visto nada aún. (Risas) (Aplausos)
Tomado íntegro de Ted, ideas que vale la pena difundir.
Ellen Jorgensen está ayudando a democratizar la biología –haciéndola menos un reducto de académicos y grandes farmacéuticas y más una actividad accesible a cualquier persona que desee tener una experiencia científica práctica.
-Discover Magazine, October 2011
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