Ratones que son criados en un ambiente de interacción social, oportunidades de aprendizaje y alta actividad física tienen menos posibilidades de generar cáncer, y están mejor dotados para combatirlo si se contrae, según los resultados de un estudio conjunto de Estados Unidos y Nueva Zelanda.
Un pequeño aumento en las hormonas parece ser el camino para mantener el cáncer a raya y evitar el crecimiento de tumores.
Después de 6 semanas, los ratones que se les había inyectado células de melanoma y criados en un ambiente enriquecido -mejores y más grandes casas para hasta 20 individuos con ruedas giratorias entre otros juguetes -tuvieron tumores hasta el 80 por ciento más pequeños que los de otros ratones con vivienda estándar- caja para 5 animales con ningún tipo de estimulación extra.
Los ratones “enriquecidos” tenían ligeramente más elevadas las hormonas del stress, pero el cambio fisiológico más importante fue que se había reducido marcadamente los niveles de la hormona leptina, conocido regulador del apetito. Al bloquear la leptina se evitaron los efectos del enriquecimiento, sugiriendo que la hormona es clave y conduce a los efectos anti-cáncer.
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