La evidencia encontrada por la NASA acerca de que el elemento tóxico arsénico puede reemplazar los nutrientes esenciales de fósforo en biomoléculas de bacterias expande el campo de investigación de vida más allá de la Tierra, de acuerdo a científicos de la Universidad Estatal de Arizona quienes forman parte del equipo que realizó el reporte en diciembre 2 en Science Express.
Está por demás establecido que la vida requiere fósforo, usualmente en forma de fosfato inorgánico. En los años recientes, sin embargo, astrobiólogos entre los que se cuentan los de la Universidad Estatal de Arizona, Ariel Anbar y Paul Davies, han entrado a considerar otros tipos de vida alternativa a lo conocido.
“La vida, tal y como la conocemos, requiere ciertos elementos químicos particulares y excluye otros”, dijo Anbar. “Pero, ¿son esas las únicas opciones? ¿Qué tan diferente y variada puede ser la vida?” Anbar y Wolfe-Simon se encuentran entre el grupo de investigadores que están midiendo los límites de requerimientos químicos para la vida.
“Una de las guías principales en la búsqueda de vida en otros planetas, y en nuestro programa de astrobiología, es que debemos seguir a los elementos”, dijo Anbar. “El estudio nos muestra que debemos intentar más arduamente al pensar sobre qué elementos seguir”.
Wolfe-Simon añadió que “Nuestra base es lo que conocemos como ‘constantes’ en biología, específicamente que la vida requiere seis elementos conocidos como CHNOPS (carbono, hidrógeno, nitrógeno, fósforo y sulfuro) en tres componentes, ADN y grasas, y que usamos para hipótesis medibles básicas, aún aquí en la Tierra”.
Desde este punto de vista, en lugar de darle importancia a la visión convencional de la ‘diversidad’ de la vida, toda la vida en la Tierra es esencialmente idéntica, dijo. Sin embargo, se ha descubierto que los
microbios pueden actuar de manera diferente.
Davies había especulado con anterioridad que algunas formas de vida actúan de manera diferente que la nuestra, y lo llamo “vida extraña”, que incluso puede existir paralelamente a la vida terrestre conocida, en una especie de “biosfera en la sombra”. La idea misma que el arsénico, que se encuentra directamente debajo del fósforo en la tabla periódica de los elementos, podría sustituir al fósforo en la vida de la Tierra, fue propuesta y desarrollada por Wolfe-Simon, en colaboración directa con Davies y Anbar. La hipótesis fue publicada en enero del 2009 en el International Journal of Astrobiology bajo el título “¿La naturaleza también escogió al arsénico?”
Puedes leer el artículo completo en inglés aquí.
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